Quizás la estrategia no es la más adecuada para combatir la merma demográfica, pero los eventos de citas rápidas tienen muchos seguidores en Japón y se organizan cada semana.
“No tengo novia y es difícil conocer mujeres en el trabajo, por eso estoy aquí”, confiesa Hiroshi Ankara, oficinista de Tokio y asiduo al speed dating, donde las parejas tienen dos minutos para conocerse, pues luego suena un timbre y deben cambiarse de mesa para conocer a otra persona.
Como alternativa, los jefes en las compañías solían actuar de celestinos, pero tampoco resultó mucho. Es que cualquier artimaña sirve para repoblar el país, que ya ha tenido que cerrar varias escuelas por falta de niños.
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