Chile, uno de los países más expuestos a los rayos ultravioletas y que sufre una aumento importante de los casos de cáncer de piel, lanzó un sistema innovador de "semáforos rojos" que indican a la población los momentos en los que deben evitar la exposición al sol.
Los 'solmáforos', desarrollados por la Corporación national del Cáncer (Conac) y el Departamento de física de la Universidad de Santiago, son aparatos que indican con diferentes colores, según sean los rayos solares.
Se asemejan a los que regulan la circulación pero en lugar de señalar si el automóvil debe pararse o continuar, éstos indican si el peatón debe o no protegerse de los rayos ultravioletas UV-B, los más peligrosos para el organismo.
La luz verde es sinónimo de ausencia de peligro, la amarilla o naranja que no se debe permanecer al aire libre más de unos minutos bajo los mismos filtros solares, la roja indica que únicamente se puede pasear con los hombros cubiertos, y la violeta aconseja limitar las salidas a la calle.
Los aparatos fueron situados en 13 lugares diferentes de Chile, sobre todo en las playas y en las zonas turísticas muy frecuentadas, ya que Chile está en pleno periodo vacacional del verano austral en el hemisferio sur.
En Santiago, fueron instalados en la cima de la colina de San Cristóbal en el centro de la ciudad, donde en verano hay cuatro piscinas públicas.
En Viña del Mar, a 120 km al oeste de Santiago, los 'solmáforos' fueron colocados cerca de la playa Renaca, muy frecuentada por turistas argentinos en este periodo del año.
Chile está particularmente afectado por el agujero de la capa de ozono que protege la atmósfera terrestre de los rayos ultravioletas y que aumenta cada año durante la primavera y el verano austral.
Según estudios internacionales, Punta Arenas, a 2.180 km al sur de Santiago, es la ciudad del planeta más perjudicada por los peligrosos rayos UV-B. Y después de un estudio del departamento de dermatología de la Universidad de Chile, la cifra de cánceres de piel ha subido un 105% en los últimos cinco años en el país latinoamericano.
"Hace 10 años se podía ver a los jóvenes en la playa aplicándose aceítes solares mientras que ahora prefieren utilizar productos protectores de los rayos solares", señaló Agosin.
La instalación de los 'solmáforos' a nivel nacional es la segunda etapa de un programa de sensibilización de la población respecto al peligro de los rayos solares, que promueve desde el año 2001 el uso de gafas, sombreros y lociones anti-UV.
El éxito del programa actual deberá desembocar en la colocación de 'solmáforos' en los centros deportivos, en la mayoría de los lugares frecuentados por turistas y en las instalaciones deportivas de invierno.
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