jueves, junio 02, 2005

La hormona de la confianza (BBC Mundo)

La capacidad del ser humano de poder confiar en el prójimo en relaciones amorosas, amistades o transacciones de negocios depende de una hormona clave, según un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Zurich.

En el experimento, el simple contacto con una "poción" de oxitocina mejoró la capacidad de los sujetos de confiar en otras personas, un hecho que podría aliviar problemas como el autismo, según las conclusiones de los científicos publicadas en la revista Nature.

Los investigadores encabezados por Ernest Fehr sostienen que esa sustancia química no se limita a alentar a las personas a arriesgarse, sino que promueve la actividad social.

También afirman que ayuda a superar el temor a la traición.

"La oxitocina no incrementa la inclinación general hacia el comportamiento prosaico. Más bien, la oxitocina específicamente afecta el comportamiento de confianza de los inversionistas", señalaron los investigadores en el artículo.

Críticas

Sin embargo, el descubrimiento del equipo suizo también ha despertado críticas por quienes consideran que podría tener otros usos, además del tratamiento del autismo.

"Algunos podrían preocuparse ante la posibilidad de que operadores políticos lancen grandes cantidades de oxitocina en los mítines de sus candidatos", señaló en la misma revista el Dr. Antonio Damasio, del departamento de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Iowa.

La oxitocina es una molécula producida naturalmente por el hipotálamo en la base del cerebro que regula varios procesos fisiológicos como las emociones.

Esta hormona también actúa en otras partes del cerebro cuya función está relacionada con comportamientos emocionales y sociales, como la amígdala, en el lóbulo temporal.

Estudios con animales han demostrado que la oxitocina está relacionada con la creación de vínculos entre machos y hembras y entre madres y sus crías.

Los investigadores suizos sospecharon que ese mismo fenómeno podría ser cierto entre los humanos y para poner a prueba su corazonada invitaron a 58 personas a participar en una "prueba de confianza".

Inversionistas y guardianes

Los participantes del estudio fueron divididos entre un grupo de "inversionistas" y otro de "guardianes". Los inversionistas recibieron créditos junto con instrucciones de que podrían elegir si darle cero, cuatro, ocho o 12 créditos a su guardián asignado.

Si el inversionista demostraba confianza, la suma total que podría ser distribuida entre ambos aumentaba, pero el guardián al comienzo obtenía todos los beneficios.

Luego quedaba en manos de los guardianes decidir si respetarían la confianza del inversionista y compartirían el lucro o si se quedarían con todos los beneficios.

Al final del juego todos los créditos se transformaron en dinero real, con lo cual ambos participantes tuvieron un incentivo financiero propio.

Los inversionistas y guardianes recibieron oxitocina por vía nasal o un placebo.

De los 29 inversionistas que recibieron oxitocina, 13 (45%) demostraron "confianza máxima" al elegir poner fuertes sumas de dinero, en comparación con seis (21%) de los 29 inversionistas que fueron rociados con un placebo.

La oxitocina no cambió el comportamiento de los guardianes.

Por otro lado, cuando los guardianes fueron reemplazados por una computadora, el efecto de la oxitocina no fue observado entre los inversionistas.

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