Un niño de dos años falleció este lunes en la aldea coruñesa de Estebande al precipitarse a un pozo de 10 metros de profundidad que se encontraba en el interior de una vivienda, según confirmaron fuentes de Protección Civil.
El pozo estaba cubierto por una placa de hormigón y una tabla en una parte -que fue por donde cayó el niño-, por la que no cabría una persona adulta.
De hecho, los miembros de Protección Civil tuvieron que romper el resto de la placa para que uno de sus efectivos pudiese descender a rescatar el cuerpo del menor.
El suceso causó gran conmoción en la parroquia y en el ayuntamiento de Val do Dubra, del que depende administrativamente la aldea, ya que se trata del único niño que vivía en el lugar, con una población envejecida.
La capilla ardiente quedó instalada en el tanatorio de Bembibre.
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