Si quieres hacer grandes cosas rodéate de gente grande. Es un consejo que Google está siguiendo a rajatabla desde su nacimiento, hasta tal punto que está creando resquemor en el Silicon Valley y enemistades con otras compañías (como Microsoft). Una tendencia que ha confirmado la semana pasada fichando a un grande de la Red: Vinton Cerf, uno del puñado de personas que pueden recibir con justicia el título de 'Padre de Internet'. No es el único fichaje reciente de campanillas, ni será el último. Disponer de los mejores es el único camino para avanzar. Y Google parece tenerlo muy claro.
Vinton Cerf es alto y delgado, calvo y con barba; suele llevar trajes de tres piezas en el límite entre la elegancia del año que viene y la completa obsolescencia que combina con coloridas corbatas, y habla de un modo preciso y calmo. Entre 1976 y 1982 dirigió el equipo que inventó los protocolos TCP/IP, el núcleo de Internet, desde la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación de Defensa (DARPA en sus siglas en inglés). Desde entonces y hasta ahora (con una breve excepción) su carrera ha estado ligada a la telefónica estadounidense MCI, que ha formado parte durante todo este tiempo del corazón físico de la Red. Este histórico, que tiene en la cabeza el funcionamiento de Internet como pocas personas del planeta, acaba de ser 'fichado' por Google en calidad de 'Evangelista de Internet' (aunque no le han concedido el Archiducado). Probablemente con el objetivo de trabajar en aplicaciones que unan bases de datos con posición geográfica, uno de las obvias direcciones de futuro para Google tras sacar Google Maps (y Google Earth). O tal vez no: sabido es que la política de Google es bastante flexible con lo que pide a sus empleados.
La regla no escrita de Google siempre ha sido fichar gente interesante y dejarles interactuar para que generen ideas interesantes. Incluso es conocido que permite a sus programadores dedicar a sus proyectos personales un 20% del tiempo, y absorbe y tutela las ideas más creativas, hasta cuando no son productos comerciales en sí (Google News, pongamos por ejemplo). Esto ha hecho que la vida de sus técnicos sea mucho más agradable que en la competencia (como atestigua este ex-programador de Microsoft), lo cual es de seguro una buena forma de atraer nuevo talento. Los dineros de que dispone la compañía tampoco estorban. Pero lo realmente interesante del asunto es que por el momento el modelo de negocio parece funcionar: atraer gente de talento, ponerlos juntos y luego comercializar aquellas de sus ideas que sean comercializables.
En esto, como en otras cosas, Google es un pionero que está marcando el camino a seguir. Los directivos de empresa más inteligentes ya saben que su tarea principal y más compleja es atraer, motivar y mantener atraída y motivada a la mejor gente disponible en el mercado. No explotar, no extraer el máximo beneficio a corto plazo, no crear una cultura de 'burn out' y huida de los mejores. Sembrar, cultivar y recolectar los frutos del talento de un modo sostenible y creciente, ésa es cada vez más la única opción para las empresas que pretenden medrar en la Economía del Conocimiento. Lo cual exige en muchas compañías un cambio cultural, para el que harían bien en fijase en los líderes como Google. Porque lo de Vint Cerf demuestra que si no empiezan a mimar a su talento, lo perderán. Y entonces... ¿qué?
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