Los secuestradores de navegadores no cambian tan sólo las páginas de inicio: también están cambiando la vida de algunas personas, para peor.
Se trata de programas maliciosos que modifican los parámetros de los navegadores; lo más usual es que alteren las páginas de inicio y búsqueda que el usuario configuró como predeterminadas. Pero algunos de estos secuestradores, como CWS, también generan avisos pop-up de pornografía e incluyen decenas de señaladores -algunos de los cuales corresponden a sitios de pornografía hard-core-en la carpeta Favoritos del Internet Explorer; asimismo, pueden redireccionar a los usuarios a sitios web dedicados a la pornografía cuando escriben erróneamente una URL.
Las huellas de los sitios visitados pueden quedar en las computadoras; es prácticamente imposible saber a partir de esos rastros si el usuario recorrió un determinado sitio web porque así lo quiso o por error. Cuando los rastros establecen conexiones con sitios web que rayan en lo delictivo, se vuelve muy difícil creer que el usuario -se trate de un empleado o un ser querido- no haya estado dedicando una buena cantidad de su tiempo a recorrer sitios adultos.
En respuesta a una nota publicada hace muy poco por Wired News sobre el secuestrador de navegadores CWS, famoso por distribuir pornografía, varias decenas de lectores enviaron emails a esta redacción en los que relataban que habían perdido su buen nombre, su trabajo y sus relaciones cuando se descubrió que en sus computadoras había huellas de contenidos pornográficos que, según insisten, fueron colocados en sus computadoras por un secuestrador de browsers.
En uno de los mensajes, un hombre asegura que el secuestrador de navegadores lo envió a prisión: en la computadora que el remitente utilizaba en el trabajo, se descubrieron imágenes comprometedoras de niños; el hecho fue denunciado a la policía.
"La policía allanó mi casa el 17 de septiembre de 2002", dijo "Jack", que llegó a Estados Unidos proveniente de la ex Unión Soviética como refugiado político y solicitó que no se diera a conocer su nombre. "Nadie me dio oportunidad de explicar lo sucedido. El juez y el fiscal me dijeron que si iba a juicio me darían años de prisión. Después de negociar a través de mi abogado, me dieron 180 días en una correccional para adultos. Estuve en prisión 20 días y luego fui liberado bajo el sistema Vigilancia Domiciliaria Electrónica. Ahora tengo antecedentes penales por delito sexual grave y la justicia me ordenó registrarme como delincuente sexual durante 10 años".
En un principio, Jack creyó que las imágenes encontradas en su computadora pertenecían al antiguo propietario (había comprado la máquina en un remate de eBay). Pero ahora piensa que el culpable puede haber sido un secuestrador de browsers.
"Cuando usaba un motor de búsqueda, a veces me aparecían muchísimos pop-ups de pornografía", señaló Jack. "En ocasiones, terminaba redireccionado a sitios de pornografía ilegal. Cuando trataba de cerrar alguno, aparecían cinco más. Se modificó mi página de inicio; aparecieron un montón de links correspondientes a sitios de pornografía ilegal en Favoritos. La única manera de detener todo eso era apagar la computadora. Pero cuando volvía a tratar de conectarme al servidor, aparecía de vuelta el sitio ilegal y después los mismos pop-ups. Había imágenes ilegales en los pop-ups".
Varias de las URLs que el CWS inyecta en la lista de favoritos del Internet Explorer son los incluidos en la orden de arresto de Jack y en otros documentos correspondientes a su procesamiento. El CWS funciona tal como Jack lo describió: modifica las páginas de inicio, agrega links a la carpeta Favoritos, hace aparecer pop-ups pornográficos. Pero el CWS fue detectado por primera vez varios meses después del arresto de Jack, de modo que no parece probable que este secuestrador en particular sea la causa de sus problemas.
Varios expertos en seguridad a los que se les solicitó que analizaran las afirmaciones de Jack indicaron que un secuestrador de navegadores podría ser la causa de que hubieran aparecido imágenes pornográficas en la computadora de Jack. No obstante, también señalaron que había algunas discrepancias en la historia.
Parte de las imágenes fueron halladas en espacio de archivo no designado y deberían haber sido almacenadas allí en forma deliberada, puesto que el cache de las imágenes correspondientes a sesiones de navegación no se almacenaría en espacio no designado.
Brian Rothery, un ingeniero de sistemas que se desempeñó en IBM y ha estado investigando las afirmaciones de Jack, señaló que una porción significativa de las imágenes y las URLs mencionadas en la orden de arresto correspondían a sitios de nudismo relativamente inocuos y a sitios adultos que no contienen materiales ilegales.
Agregó que sea como fuere que haya llegado el material pornográfico a la computadora de Jack, "las pruebas no se manejaron como correspondía y su abogado no hizo bien su trabajo".
Jack indicó que había decidido no defenderse de la acusación porque su abogado le dijo que recibiría una condena más dura si iba a juicio.
"Quieren hallar culpables a toda costa", dijo Jack. "Nadie puede defenderse contra esos poderes. Apenas pude soportar dos semanas en prisión. La celda es muy pequeña, la comida es muy mala. Dejan que los prisioneros salgan de la celda día por medio durante 3 horas. No sé cómo hay gente que puede estar en la cárcel durante años".
Si la pornografía fue colocada en la máquina de Jack por un secuestrador de browsers, es indudable que ese hombre ha sufrido mucho más que la mayor parte de las víctimas del software malicioso. Otras personas que responsabilizan a los secuestradores de navegadores de insertar contenidos pornográficos en sus computadoras han sido más afortunadas.
"Casi me despidieron después de que una especie de sistema de control de contenidos que mi anterior empleador usaba en la red encontró varias decenas de fotos sucias en mi notebook", indicó Matthew Cortella, un representante de ventas de Illinois. "No tenía idea acerca de cómo habían llegado esos materiales a mi máquina: creí que la habían hackeado".
"Al final, gracias a Dios, el departamento de informática encontró algunos programas en la máquina que según ellos pudieron haber causado el problema. Pero durante ocho días tuve la seguridad de que me iban a despedir, estaba aterrorizado. Tengo una familia que mantener. No es fácil encontrar trabajo en estas épocas".
"Mi esposa y yo nos separamos durante un tiempo porque pensó que yo andaba visitando sitios de pornografía", dijo Fred McFarlane, dueño de una tienda en Georgia. "Somos gente religiosa. Ella no toleraba estar conmigo después de haber visto las imágenes que vio en mi computadora. No la culpo. Incluso ahora, sé que le cuesta muchísimo entender que fue la máquina, no yo".
Decirle a la gente que "la computadora" está descargando pornografía por su cuenta suele provocar sonrisas burlonas e incredulidad.
"Debo decir que es como insistir en que el perro se comió la tarea de la escuela", dijo Jeff Bertram, un administrador de sistemas de la ciudad de Nueva York. " Alguien reconocería que descargó pornografía ante su esposa indignada o su jefe? O el juez? Qué horror, su señoría, no fui yo. Fue el navegador".
Jack señaló que desearía apelar su condena, pero sabe que será difícil convencer a la gente de que no fue él quien descargó la pornografía que se encontró en su máquina.
"La policía no encontró nada en mi casa, sabe, ni siquiera una revista Playboy", dijo. "Sólo en la computadora. Pero la mayoría de la gente no puede entender que algo así sea posible, que la computadora haya sido la causa. Además, frente a la pornografía infantil todo el mundo reacciona en forma emocional, no hay nada racional".
"Les recomiendo a los usuarios de Internet que sean muy, muy cuidadosos", agregó; Jack. "Cometer un delito grave es muy fácil: basta con un clic".