La NASA se prepara para una arriesgada "caza" en pleno vuelo de la cápsula espacial 'Génesis', que entrará en la atmósfera terrestre a velocidad supersónica el ocho de septiembre y desplegará dos sistemas de frenado para ser atrapada por un helicóptero.
El "mejor" piloto del mundo en vuelos acrobáticos de Hollywood, Dan Rudert, tendrá la responsabilidad de encontrar y capturar al vuelo la sonda espacial, del tamaño de una nevera y de unos 220 kilos de peso, en un margen de tiempo de diez minutos y a unos 1.220 metros de altitud.
Dos helicópteros se mantendrán durante 10 minutos a más de 3.000 metros de altura para recibir al artefacto, que ha recogido muestras de polvo de viento solar; se colocarán a 2,5 metros por encima de su sistema de frenado para cogerla con un gancho por medio de una barra de seis metros de largo, según datos de la NASA.
"Es una hazaña sin precedentes, jamás intentada con un helicóptero", según Roy Haggard, Jefe de Recuperación Aérea de Vuelos de la misión.
"Jamás -añade- se ha planeado tan meticulosamente un vuelo de helicóptero, y de las 11 pruebas hechas con prototipos hemos tenido un 100% de éxito."
Seguimiento a través de GPS
La entrada de Génesis en la atmósfera será seguida desde el Campo de Entrenamiento de las Fuerzas Aéreas de los EEUU, en el desierto del estado de Utah, con un sistema de localización GPS que estará en continua coordinación con los helicópteros de recuperación.
Génesis usará un nuevo sistema de frenado de caída con un innovador parapente de nylon que mide unos 10,5 metros de largo por tres de ancho, que además está reforzado con cables de sujeción de Technora, un variante del Kevlar.
El primer paracaídas será accionado aproximadamente a 33 kilómetros de altura para estabilizar la cápsula; a dos kilómetros y medio del suelo, el segundo sistema de frenado activará la apertura de un parapente que hará que planee a una velocidad de unos 15 kilómetros por hora.
Dos helicópteros estarán preparados para el enganche de la sonda, uno ejecutará la recogida por el lado posterior del parapente y el segundo volará en su persecución por si ocurriera algún imprevisto.
Aterrizaje
El helicóptero posará en tierra la cápsula con suavidad para que un equipo de apoyo asegure su sujeción antes de ser transportada a un "recinto seguro" en el Campo de Aviación Michael Army.
El emplazamiento definitivo será el Johnson Space Center de Houston (Texas), donde se prepararán las muestras para ser estudiadas por científicos de todo el mundo.
El objetivo de la misión de rescate en pleno vuelo es evitar un impacto contra tierra, que produciría la contaminación de las muestras de la sonda.
En los años sesenta, la recuperación de cápsulas en pleno vuelo se realizaba con paracaídas redondos, que al caer en vertical, creaban turbulencias por encima del mismo.
Con esta nueva técnica, que utiliza un parapente, la cápsula volará hacía adelante y en espiral y facilitará a los pilotos acoplarse con más seguridad y tiempo.
Según la NASA, esta será la primera vez desde las misiones Apollo que se consiga traer muestras del espacio y se prevé que el polvo del viento solar obtenido proporcione nuevas "pistas" sobre los orígenes del Sistema Solar.
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