He aquí el espejo-adivino, un invento que nos mostrará cómo será nuestro aspecto físico de aquí a unos años. Algunos(as) ya tiemblan...
Este espejo digital, desarrollado por un grupo de científicos franceses del Laboratorio Tecnológico de Accenture, consiste en una pantalla plana de televisión conectada a varias cámaras y a un PC, y dotada de un software que va registrando nuestras actividades y hábitos cotidianos.
Partiendo de esta información, el programa genera una imagen virtual que aparece en la pantalla; entonces ya podemos ver si nuestras tripas engordarán en demasía o si esas patas de gallo que ahora repuntan tímidamente se convertirán en dos bellos adornos de nuestras caras.
Los científicos que han creado el espejo quieren concienciar a la población de las nefastas consecuencias que tendrán los excesos de todo tipo en su futuro inmediato. Esa red de cámaras distribuida por toda la casa permitirá detectar, por ejemplo, si nos hemos pasado la mayor parte del día tumbados a la bartola o si hicimos algo de carrera continua; si bajamos al estanco y abrimos aquel paquete de cervezas, o si por el contrario bebimos un par de zumos. En definitiva, un ordenador que es un espía de toda nuestra conducta.
Cuando la máquina tiene listo el perfil del individuo, otro de los programas instalados extrapola los comportamientos con el fin de conocer cómo perjudicarán su imagen en un plazo de cinco años. Si se pasa con la comida, podrá saber cuántos kilos engordará, o cuántas arrugas surcarán su piel si no deja el cigarrillo.
El invento nos parece algo inquietante, y pensamos que no calará ampliamente en la gente porque a nadie le gusta conocer de antemano su declive físico. Ya tendremos tiempo de verlo cuando llegue el momento. Tampoco nos interesa tener nuestra casa llena de máquinas que nos espían sin cesar hasta cuando vamos a picotear a la nevera. Lo que sí procuraremos es ir haciendo caso a estos científicos llenos de buenos propósitos que tanto velan por nuestra salud.
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