Los casinos estadounidenses amplían su lista negra a matemáticos y tecnólogos
Hace un tiempo un grupo de estudiantes del prestigioso MIT narraron sus experiencias en los casinos estadounidenses en un libro que se convirtió en un Bestseller para los amantes del juego: "Bringing Down the House" (Cómo desbancar el casino), ahora tienen prohibida la entrada en las salas más conocidas por su facilidad en el cálculo y su aplicación en el terreno de las posibilidades.
Poco después que Kevin Lewis se sentó ante la mesa de blackjack en el casino de Atlantic City, el encargado del salón recibió la señal de advertencia: Lewis era peligroso para el establecimiento.
Lewis reaccionó con una mezcla de fastidio y resignación. "Era evidente que en algún momento y de alguna manera me habían detectado", dijo Lewis, de 30 años, que integró un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts que en los años 90 ganó millones de dólares llevando la cuenta de los naipes jugados.
No fue ningún misterio que la seguridad del casino lo detectara tan rápidamente. El casino, al igual que otros en Estados Unidos y en otros países, depende de Griffin Investigations, una agencia de detectives de Las Vegas que suministra una lista numerosa de supuestos tramposos y de jugadores hábiles calificados de apostadores aventajados.
Los archivos de Griffin incluyen miles de nombres e instantáneas y puede verse en la internet. Cuando los casinos desean investigar a un apostador, lo enfocan con sus cámaras y envían su imagen a una computadora que la compara con las de los archivos de Griffin. Minutos después, el casino tiene su respuesta.
La eficacia de Griffin es legendaria.
"Siempre le temí", dice Lewis, que usa seudónimo para ocultar su identidad porque sigue jugando blackjack.
Las hazañas de Lewis y otros cinco estudiantes de MIT figuran en el libro "Bringing Down the House" (Cómo desbancar el casino) de Ben Mezrich. El libro dice que alguien vendió a Griffin una lista de los estudiantes, lo que puso fin a sus actividades. Hoy todas sus fotografías aparecen en el registro de Griffin.
A menudo elogiado y siempre temido, Griffin también tiene críticos para quienes la agencia de detectives puede equivocarse y calumniar sin pruebas.
"Es una recopilación increíble... salpicada de errores y falsedades en base a algunos de los rumores más flagrantes", dijo el abogado Bob Nersesian de Las Vegas. Dos de sus clientes están demandando a Griffin después de haber sido arrestados por trampas en base a informaciones suministradas por el banco de datos de la compañía.
Griffin Investigations fue fundada en 1967 por Beverly Griffin y su esposo de ese entonces, Robert Griffin.
Al principio combatía a los tramposos de poca monta y dependía del trabajo de detectives y no de tecnología avanzada. Sus investigadores recopilaban informaciones sobre los apostadores que jugaban con dados trucados, que manipulaban las máquinas tragamonedas y que marcaban los naipes. Eran tramposos que trasgredían las leyes.
Por el contrario los "calculadores" como Lewis, a quienes los casinos no los quieren, operan dentro de la ley. No influyen sobre el resultado del juego, sino que saben calcular la probabilidad de los naipes que restan en cada mano.
"No utilizan dispositivos", dijo Keith Cooper, director de administración de justicia de la Junta de Control de Juegos de Nevada. "Usan la cabeza. Si emplearan algún tipo de instrumento para rastrear las cartas sería ilegal".
Pero Beverly Griffin equipara los "calculadores" a corporaciones competidoras que amenazan las finanzas de los casinos.
"Observan. Tienen gente que hace el cómputo. Tienen gente que trae el dinero y apuesta. Son financiados", dijo.
Poco se sabe sobre Griffin Investigations; además de los clientes, sólo los reguladores estatales de juegos de azar pueden ver sus archivos. Beverly Griffith no quiso revelar cuánto cuesta su servicio ni cuánta gente emplea.
Sin embargo en una reciente declaración, el gerente de Griffin Gordon Adams dijo que la compañía tiene seis empleados y más de 100 clientes. La agencia obtiene sus informaciones de los casinos, además de otras fuetnes, dijo Adams.
Provistos de los datos de Griffin, los expertos en seguridad de los casinos observan a los apostadores en las mesas de juego o en las máquinas tragamonedas para ver si algunos de ellos coinciden con aquéllos. En el banco de datos de la empresa hay nombres de personas que han cometido delitos como hacerse pasar por empleados de casinos, por marcar naipes, robar fichas, monedas y carteras de apostadores.
"Resulta muy efectivo para proteger nuestro casino", dijo Margaret Brooks, directora de vigilancia del hotel casino Bellagio.
Brooks aclaró que los casinos no reaccionan automáticamente porque alguien esté incluido en la lista de Griffin.
"La decisión es nuestra", afirmó. Los casinos tienen el derecho a prohibir la entrada de los apostadores aventajados, que pueden ser arrestados por intrusión si regresan.
Anthony Curtis, un "calculador" profesional que trabaja para el Discovery Channel, dijo que el problema con Griffin es que agrupa en la misma lista a los tramposos y los "calculadores".
"He visto mi nombre en Griffin donde me tienen registrado como cómplice de gente a la que no conozco. Es ridículo", dijo Curtis, también director de Las Vegas Advisor, una carta informativa a los consumidores que detalla las promociones de los casinos y las novedades de los juegos de apuestas.
Beverly Griffin dijo que "suministramos información a los casinos y no tenemos nada de que avergonzarnos".
Pero admitió que sus investigadores pueden equivocarse. "No hay nada perfecto en este mundo", comentó. NoticiasDot.com
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